Elena disfrutando de la vida con su SVE
Coucou!
Aquí estoy de nuevo. He tardado un poco... a veces soy, como me dice mi animador técnico, un “Petit désastre”, pero aquí sigo.
Son muchas las cosas que han pasado desde la última vez que asomé la cabeza por aquí y no sé si tengo narices... En fin, yo creo que el mejor resumen puede ser, como dice la canción de Jarabe de Palo: “Bonito... todo me parece bonito.” Bonita la vida; bonito país; mucha gente bonita; bonito – precioso – trabajo... Hasta lo feo se convierte en bonito. Bonito aprender, aprender y aprender cada día.
Hace varios meses me dije a mí misma que esto es lo mejor que he hecho en mi vida, y eso que hasta ahora no me ha ido mal, tengo muchas gracias que dar. Pero es que aquí no es de vez en cuando o cada poco, aquí es llegar a ese mismo punto cada día. Son ya casi diez meses de un no parar de hacer cosas que nunca había hecho; conocer gente increíble con unas historias que puedes alucinar; ir buscando poco a poco todo eso que me llena; idear nuevos proyectos y nuevas ilusiones. Y de que cada día llega algo que hace de esta experiencia un espectáculo. Ésta es, en su conjunto, la experiencia más intensa que he vivido y nunca antes había aprendido tanto cada día. Cada día. Me encanta mi vida aquí.
Y me encanta mi trabajo. Y uno de los motivos de ello es que sueño con poder construir mi casa - o lo que pueda - en el futuro y gracias a esta experiencia sé que, si sigo aprendiendo, puedo ser capaz. De hecho me veo capaz de atreverme a muchas cosas porque he aprendido que se aprende a hacer las cosas haciéndolas y no teniendo miedo a equivocarte. Y que simplemente estar en el camino es una de las mejores cosas que hay.
Hace un par de meses trabajé en un pequeño proyecto con un grupo de adolescentes que por diferentes motivos han abandonado la escuela y que están conociendo diferentes actividades y oficios con el objetivo de descubrir qué es lo que quieren y de encontrar la motivación para llevarlo a cabo. Con ellos trabajamos en la construcción de un pequeño puente para unir los dos bordes de un pequeño río y preparamos el terreno para poder instalarlo. También hicimos varias actividades creativas y visitas tanto en Tours como en la región. Hace poco también colaboré con otra asociación en la construcción de una cabaña de madera para instalar en un campo de verano en la naturaleza para niños y adolescentes.
Construccion del puente y de la cabaña
Durante este tiempo he viajado en diversas ocasiones: volví a París una vez más, esta vez muy especial porque lo pude compartir con mis padres, conocí Burdeos, visité varios días a mi hermano en Cataluña y volví a mi islita para recargar pilas. También conocí un poco las regiones de Poitou-Charentes y País del Loira gracias a los encuentros de voluntarios, tanto SVE como de mi asociación. Y he seguido trabajando casi todo el tiempo fuera de la ciudad así que no he dejado de descubrir esta región. Tengo la sensación de que estoy casi siempre viajando, un poquito más cerca o un poquito más lejos, siempre en la ruta, viendo la verdadera Francia y sus paisajes, y es algo que me hace muy feliz. Cada día me gusta más viajar, el hecho de viajar, coger una mochila, estar en movimiento y descubrir: vivir para ver y conocer.
Barcelona, Burdeos, Tours, LagoBañola y pueblo medieval de Besalu (Cataluña), Chinon, Vallée de la Loire y encuentros con otros voluntarios
Otro de los buenos momentos que he pasado últimamente fue hace dos semanas, cuando mis compañeros y yo participamos en la fiesta de nuestro barrio para presentar nuestro trabajo. Vivo en una zona de la ciudad muy humilde y donde hay dificultades, pero viendo la atmósfera que se crea en ocasiones como ésta, llena de vida, de mezcla de culturas, de arte y de sencillez pienso que, a pesar de todas esas dificultades, me encanta mi barrio y me encanta vivir aquí.
Por otra parte he tenido la oportunidad de hacer un par de trabajillos relacionados con dos ámbitos que me interesan profesionalmente. Por un lado trabajé como fotógrafa en una jornada que hicimos por la Fête de l'Europe y mis fotografías estuvieron expuestas durante casi un mes en otra asociación con la que he colaborado en varias ocasiones. Aunque fue algo modesto y pequeñito, me hizo muchísima ilusión ver mis fotos impresas y colgadas y estar delante de mi primer trabajillo como fotógrafa. Por otro lado tuve la ocasión de hacerle una entrevista en el encuentro de mi asociación a un ex-alcalde de la región. ¡Mi primera entrevista en francés! No deja de sorprenderme que llegué aquí sin hablar ni una palabra del idioma y desde hace casi 8 meses mi vida es en francés.
Pero sin duda el proyecto que, a todos los niveles, ha sido para mí el más importante de todo mi voluntariado, es una obra en la que estado involucrada durante casi tres meses y en la que hemos hecho muchísimas cosas. En esta obra he trabajado en la instalación para la evacuación de aguas de una casa y otras pequeñas reformas de fontanería; he roto y puesto suelos, tirado y construido muros y trabajado en la puesta de puertas, ventanas y techos; he trabajado en el diseño de planos sobre el papel y sobre el terreno; he hecho un poco de electricidad; he trabajado con un montón de materiales y utilizado diferentes máquinas y herramientas He podido ver y formar parte del proceso de cambio de una casa y, lo más importante, he podido ver lo que ello significa para una familia que realmente lo necesita y compartirlo con ella. A lo largo de 3 meses de un proyecto como éste surgen y se comparten muchas más cosas que las estrictamente técnicas. Han sido casi tres meses de algo que es difícil explicar con palabras. He tenido la suerte de poder formar parte en cierta manera de momentos muy importantes en la vida una familia y ser parte de la ecuación. Es aquí donde he comprendido de verdad el espíritu de mi voluntariado y la verdadera razón de lo que hacemos. Ha habido momentos muy difíciles en los que he tenido que luchar conmigo misma o darme un margen, respirar, decidir y continuar. Y sin duda ha habido muchísimos momentos extraordinarios y maravillosos donde simplemente me he sentido plena y feliz. Entre los compañeros y la familia se han creado unos vínculos y hemos compartido algo, en algunos casos muy especial, que a mí al menos me va a quedar para el resto de mi vida. Cada uno de todos los días volviendo del trabajo por ese precioso trayecto, con todos sus matices de luz, de color y de movimiento, y con el río como protagonista de todo el lienzo, en algún momento he pensado: qué bonita es la vida y qué maravilla estar aquí y en este momento.
Chantier famille y taller de electricidad
Como me han dicho varias personas esto es un mundo, cada vez va a mejor y es algo que te marca, sin duda es uno de esos puntos de inflexión que se presentan en la vida: un antes y un después. Y lo único que sé es que quiero sentirme siempre así con lo que haga en mi vida de aquí en adelante. Lo mejor de todo es que tengo la sensación de que hay mucho más aún y me muero de ganas por verlo con mis propios ojos. Recuerdo una frase de la versión moderna de la película “Sabrina”, en la que la protagonista dice algo así como: “En París me encontré a mi misma”. Podría decirse que en Tours yo me he reencontrado a mí misma una vez más, aunque he leído que uno no se encuentra, sino que se construye a sí mismo. Me gusta; podemos dejarlo en tablas.
Es muy bonito tener un sueño, realizarlo y darte cuenta de que era mucho mucho más de lo que te habías imaginado. Y aprender así que si de verdad tienes un sueño, hay que ir a por él. ¿La vida es perfecta? No. ¿La vida es preciosa? Sí. A veces pienso que estoy hecha para enamorarme, que voy por la vida enamorándome y, cómo no, en este país me he enamorado. Siempre he creído que estamos hechos para ser felices, et ça ne coûte pas cher, le bonheur!
À bientôt!
Elena